Querido lector:
Hoy es día de huelga. No es huelga general, ni huelga de un
sector laboral, ni huelga de educación… Es día de huelga de estudiantes. Pero,
¿tenemos los estudiantes, derecho de huelga? Aquí la respuesta debe ser
rotundamente NO.
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Imagen 1. Fuente: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/aragon/manana-huelga-estudiantes_985596.html |
En el art. 28 de la Constitución Española se recoge el
derecho fundamental de la huelga, no obstante, éste sólo se reconoce a los
trabajadores para la defensa de sus intereses. Nada dice acerca de los
estudiantes. Por tanto, se debe entender de aquí que no existe un derecho de
huelga de los estudiantes ya que entre ellos y los centros educativos no existe
una relación laboral, sino de enseñanza. A pesar de esta previsión
constitucional que excluye el derecho de los estudiantes a la huelga, las
Asociaciones y Organizaciones de Estudiantes siguen convocándolas y, hoy, 20-N
es otro ejemplo de ello.
Ahora bien, los estudiantes sí tenemos otra serie de
derechos que son constitucionales y que podemos ejercer con todas las
garantías: El derecho a la libre información y expresión y el derecho de asamblea.
El derecho de libre información y expresión implica que los
estudiantes pueden informar a sus compañeros sobre la situación actual,
repartir hojas informativas y colocar carteles. Por otro lado, el derecho de
asamblea permite que los alumnos se puedan reunir para tratar temas que les
afecten. Estos derechos no sólo están garantizados en la Constitución (art. 20
y 21 CE) para todos los españoles, sino que de forma concreta lo recogen la Ley
Orgánica 8/1995, de 3 de julio, Reguladora del Derecho a la Educación (art. 8)
y el Real Decreto 732/1995, de 5 de mayo, por el que se establecen los derechos
y deberes de los alumnos y las normas de convivencia en los centros (arts. 25,
26 y 28).
La ley, en este punto es muy clara, ya que permite el ejercicio
de dichos derechos por los alumnos pero además, se deben garantizar y
estimular.
En cuanto al derecho de huelga, las asociaciones de
estudiantes alegan un vacío legal para
convocar una huelga de estudiantes, vacío legal que no existe puesto que este
derecho se encuentra perfectamente regulado en la Constitución y en Real Decreto-Ley 17/1977, de 4 de marzo,
sobre relaciones de trabajo.
El fundamento que
alegan es el art. 8 de la Ley Reguladora del Derecho a la Educación. Este
artículo dice lo siguiente:
“En los términos que establezcan las
Administraciones educativas, las decisiones colectivas que adopten los
alumnos, a partir del tercer curso de la educación secundaria obligatoria,
con respecto a la asistencia a clase no tendrán la consideración de faltas
de conducta ni serán objeto de sanción, cuando éstas hayan sido resultado del
ejercicio del derecho de reunión y sean comunicadas previamente a la
dirección del centro”.
Estos estudiantes opinan que el hecho de que la Ley diga
que, frente a una decisión colectiva de los alumnos sobre su asistencia a clase
o no (siempre que éstos se encuentren en un curso superior a 3º ESO) no se
impondrán sanciones, constituye un reconocimiento implícito del derecho a la huelga.
Lo que ellos no saben es que tal reconocimiento implícito no
existe, de aquí lo único que cabe deducir es que si faltas a clase porque has
decidido hacer huelga, el centro no te va a sancionar (no te va a poner un
parte de incidencias, ni te va a abrir un expediente) pero no se puede entender
que aquí se garantice este derecho.
Además, de entenderse en este sentido, no sería lícito ni
constitucional ya que la Ley (por mucho rango que tenga) siempre estará por
debajo y deberá someterse a lo dispuesto por la Constitución, una Constitución
que sólo recoge este derecho para los trabajadores.
Desde luego, a lo que no hay derecho es a que un grupo de
estudiantes que secundan esta huelga se hacinen en las puertas de un campus
universitario para impedir el paso a sus compañeros. Esto no es huelga, esto es
coacción, esto es limitación del derecho a acudir a clase. El supuesto
derecho implícito de huelga de los estudiantes, termina donde empieza el
derecho de los demás a acudir a sus clases.
Esto no quiere decir que no esté de acuerdo con sus
premisas. Estoy en contra de la LOMCE, del Plan Bolonia y de las tasas cada vez
más altas. Estoy en contra, porque las sufro y padezco como todos, sin embargo,
la huelga estudiantil NO es la solución, porque NO tenemos derecho a ello.
Hoy, tras haber flanqueado la barrera de estudiantes que me
señalaban con el dedo y me increpaban, un periodista del Heraldo de Aragón me
ha preguntado: ¿Por qué no haces huelga?, ¿crees que no es la vía correcta? Y
le he respondido que no hago huelga porque entiendo que los estudiantes no
tenemos ese derecho, por tanto, no es la vía correcta. Hay otros medios como las
manifestaciones, las protestas e incluso firmar una suerte de manifiesto en la
que se expliquen los motivos que nos llevan a rechazar este sistema de
educación tan injusto y clasista. Este tipo de actuaciones son las que hay que
secundar y potenciar.
Los estudiantes manifestantes se equivocan, no se
manifiestan contra el Ministerio de Educación, ni contra el Gobierno, no. Los
estudiantes manifestantes hoy, ahora mismo, mientras te cuento esto querido
lector, se están manifestando contra sus propios compañeros porque no han
elegido lo mismo que ellos…
Totalmente de acuerdo. Respecto al tema legal me temo que no puedo opinar, pues no tengo ningún conocimiento sobre el tema, pero te voy a contar mi experiencia.
ResponderEliminarHe llegado a la universidad y un grupo de "gallitos" con la cara tapada por capuchas y bufandas me han impedido el paso por la puerta principal mientras me insultaban y gritaban lindezas como "me suda el coño lo que tu quieras" (ya perdonaras la expresión, pero esa han sido una de las frases que he tenido que escuchar)
Tras dar la vuelta para entrar por una puerta secundaria, donde un grupo de manifestantes me ha informado del motivo de la huelga, y me han dejado pasar sin ningún problema, he llegado a mi facultad.
La clase, que la profesora había decidido que fuera de dudas y no daríamos materia ni haríamos práctica, ha comenzado con total normalidad, hasta que un grupo de energúmenos han irrumpido como una estampida, gritando y armando barullo. Cuando se han calmado y nos han expuesto sus motivos, (a grito pelado y en un tono poco amable) una compañera ha decidido exponer nuestros motivos para estar en clase, a saber, que para quedar a hacer un trabajo en una cafetería y quedarnos con las dudas que teníamos, hemos aprovechado el recinto universitario y que la profesora estaba en clase para hacer dicho trabajo. Aquí ha sido cuando han empezado a hablar todos a la vez, a decirnos que eramos una egoístas, unas egocéntricas y mi favorita, que nos creíamos el ombligo del mundo.
Tras un acalorado debate, se han ido, imagino que a molestar a otra clase.
Llego por fin a mi conclusión, no creo que las formas sean las correctas, si hubieran entrado en clase con una mera intención informativa, es probable que muchas de nosotras hubiéramos decido unirnos a ellos, pues como ya he dicho, comparto los motivos por los que se ha convocado la manifestación.
Pero, ¿entrar en un aula a insultar a tus compañeros? ¿Defender tus ideas a capa y espada sin tan siquiera pararte a escuchar las de los demás?
En definitiva, todo se basa en el respeto, y por muy válidos y ciertos que sean tus motivos, una vez que pierdes el respeto te quedas sin argumentos.