Querido lector:
A tan sólo unos meses de las elecciones autonómicas, todos
coincidimos en que “cualquier cosa puede pasar”. No obstante, ante la proliferación de nuevas fuerzas políticas y el temor a la desaparición del cómodo bipartidismo al que estaban acostumbrados
las dos fuerzas protagonistas del mismo, ya desde mayo del año pasado se
escuchan rumores de una posible coalición PP-PSOE.
Algo que, en opinión de una de mis lectoras más acérrimas,
debería ser calificado como incesto político: “No entiendo cómo se pueden llegar a juntar izquierda con derecha. Es
como si dos hermanos se enamoran y tienen un hijo”, me decía hace algunos
días.
Ciertamente, es algo que, en principio parece del todo inconcebible.
Pero, ¿no dicen que polos opuestos se atraen? Más que como incesto político, yo
haría un paralelismo con la historia de Romeo y Julieta: Cada uno de una familia
distinta, rivales entre sí, pero deciden casarse de forma clandestina y vivir
juntos; sin embargo, la presión de esa rivalidad y una serie de fatalidades
conducen al suicidio de los dos amantes. Ahora bien, la muerte de ambos supone
la reconciliación de las dos familias.
En el caso “PPSOE”,
estamos ante dos partidos distintos, con ideales y políticas distintas, cuya
rivalidad existe desde el comienzo de nuestra democracia, pero que ahora deciden colaborar juntos no por amor (esta es la gran diferencia con la obra de
Shakespeare), sino por interés puro y duro: El poder político.
PP y PSOE le han visto las orejas al lobo que, en sentido
figurado, sería Podemos, y ante una pérdida de Ayuntamientos o la Presidencia
del Gobierno Central (en las elecciones generales) por ambas fuerzas, se
plantean la posibilidad de pactar Gobiernos de coalición. Para ello, mantienen contactos privados y discretos destinados a facilitar un hipotético acuerdo entre ambos partidos, si al final, fuera necesario. Esto es totalmente legítimo y válido: Un gobierno en coalición se forma cuando un grupo parlamentario no
tiene mayoría suficiente como para formar gobierno, por lo que se ve
obligado a pactar con otro grupo, normalmente de ideología política
afín, para formar un gobierno conjunto. Aquí lo que chirría es “la ideología afín” pero, ¿cuántas veces
hemos dicho que el PSOE parece más un centro-derecha moderado, que un
centro-izquierda? y, además, no es un requisito obligatorio.
Son muchos los que se han pronunciado a favor de esta tesis:
En mayo de 2014, Felipe González decía que no vería mal un Gobierno del PP
apoyado por el PSOE o al revés, pues cree que las formaciones deben responder alo que España necesite en cada momento.
Abro paréntesis – No sé si, realmente, se refería a lo que
necesita España o si, más bien, quería hacer hincapié en lo que no
necesita (un Gobierno como el de Podemos, por ejemplo) y, por eso, cualquier
cosa vale… ¿Aplica el ex-Presidente la afirmación “Más vale un mal acuerdo, que un buen pleito”? – Cierro paréntesis.

Pero como todo en política, querido lector, esto no es una
ciencia exacta y queda a la voluntad del PSOE que es, en este caso, la niña bonita con la que todos quieren bailar: El PP para ese gobierno de coalición PPSOE,
y Podemos para establecer un frente de izquierdas formado por el PSOE, Podemos, Izquierda Unida y quien quiera
agregarse.
Y ahora te pregunto, querido lector: ¿A quién crees que le tocará bailar con la más fea y conformarse con ser la oposición?
Pacto de gobierno si, pero eso no es lo mismo que gobierno de coalicion que es bastante improbable
ResponderEliminarAna, muchas gracias por pasarte y dejar tu opinión.
ResponderEliminarComo muy bien dices, si tiene que haber un pacto, será para poder gobernar. Lo que, desde luego, no creo que ocurra ni ahora ni nunca es una coalición previa a las elecciones, es decir, que se presenten PP-PSOE juntos. ¡Muy mal tienen que ver la cosa para llegar a ese extremo!
De nuevo, gracias por leer y comentar. Un saludo,
Alba.